viernes, 25 de mayo de 2007

La Franja y la licencia para radionoticiero


Luego de la visita realizada por funcionarios del Ministerio de Comunicaciones – Seccional Cali a los medios de comunicación del departamento del Putumayo; Vilma Esther Bermúdez y Freddy Agredo, conocieron el proceso comunicativo de Radios Ciudadanas. En cada emisora, les hablaban de la Bocana, un espacio donde la comunidad participa, donde se tratan temas de interés público, de problemáticas locales, donde se hace evidente la verdadera labor de una emisora comunitaria. Para funcionarios de algunas administraciones locales, poco amigos del debate público, era el fin del proceso comunicativo. Pero, no fue así.

Los delegados del Ministerio de Comunicaciones sugirieron solicitar la licencia de Radionoticero, aunque, la Bocana, no es un noticiero, va más allá de la simple noticia. Pero, es cierto, nuestro formato BRA (Bocana Radio Alternativa) contempla una sección de 15 minutos de información, que no es lo central de la franja. Ante esta situación y como buenos Colombianos, cumpliendo las normas y leyes, se decidió: suspender temporalmente la sección “así amanece Putumayo” y comenzar el diligenciamiento de la licencia ante el Ministerio de Comunicaciones en conjunto con cada una de las emisoras comunitarias.

Es de resaltar el acompañamiento de Javier Espitia del Equipo Nacional de Radios Ciudadanas, quien diálogo con los funcionarios en Puerto Asís y les comentó los objetivos de la propuesta apoyada por el Ministerio de Cultura, quien continua realizando acercamientos con el Ministerio de Comunicaciones.

Desde la coordinación regional de Radios Ciudadanas – la Bocana, propongo, que para próximas visitas, además de “medir” la potencia de las emisoras y evaluar si están cumpliendo los parámetros técnicos, se “mida” el impacto social, el avance del proyecto comunicativo, el actuar de la junta de programación, el cumplimiento del manual de estilo y código de ética, el impacto e incidencia de esta clase de propuestas, pero no en papel, porque es fácil enviar informes “idealistas” al Ministerio de Comunicaciones, cuando la realidad puede ser otra.

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