miércoles, 15 de agosto de 2007

Desde la lejanía, compartimos la partida de un ser querido

A través de la publicación de esta nota, deseo expresar mis más sinceras condolencias a la familia Revelo Rodríguez, por la sensible partida del maestro y periodista del departamento de Nariño, Octaviano Revelo, abuelo de Carolina, amiga y comunicadora del Fondo Mixto de Cultura de Pasto.


Paz en su tumba Se fue el maestro Octaviano ReveloInsigne figura de la educación y la cultura del departamento de Nariño, deja una invaluable obra escrita.
A los 94 años de edad dejó de existir el 7 de agosto el ilustre maestro y escritor nariñense Octaviano Revelo Benavides, nacido en el municipio de Puerres (Nariño), quien dedicó su vida a fortalecer las bases educativas y culturales de esta región. Octaviano Revelo nació en 1913. Estudió el magisterio en la Normal de Pasto y la especialización sobre Información Pedagógica organizada por la Normal Central de Institutores de Bogotá y el Gimnasio Moderno de esa misma ciudad, que fueron el origen de la Universidad Pedagógica de Colombia.
Su actividad docente fue ejercida durante más de 40 años en varios municipios de la provincia de Obando y en la ciudad de Pasto. Fue rector de importantes colegios del departamento y profesor de varias generaciones de destacados profesionales nariñenses. Revelo Benavides participó como organizador y ponente de foros nacionales e internacionales. Fue condecorado por los gobiernos municipal, departamental y nacional, incluyendo la "Medalla Camilo Torres", otorgada por el Ministerio de Educación en 1968.

Ejerció el periodismo y fue fundador y director durante más de 10 años de las radio-revistas "Brújula", "Voces Normalistas" y "Magisterio". Asimismo fue colaborador de varias revistas y periódicos regionales y autor de las siguientes obras: Recompensas y Castigos (1945), Organización y Legislación Escolar (1963), Valores Pedagógicos (1974), Vocación de un Pueblo (1987), Sentir de una vida (1994), Ensayo Biográfico de Marco Fidel Suárez (2002). Obras inéditas: El Cooperativismo en Nariño y Regiones de Colombia.

Oración fúnebre
Las honras fúnebres se llevaron a cabo en medio del llanto y el dolor tanto de sus familiares como conocidos, quienes despidieron al maestro agradeciendo el gran legado cultural que le dejó a Nariño y al país. Juan E. Revelo, hijo de Octaviano Revelo, reconocido periodista y escritor quien también como su padre es el autor de importantes obras tanto de poesía como novela, le dedicó a su progenitor unas palabras y una poesía, las cuales arrancaron más de una lágrima a los presentes en el funeral. Dicha dedicatoria reproducimos a continuación:"Queridísimo padre: Esta tarde estamos despidiendo a tu cuerpo, no a tu alma. Tu cuerpo quedará sepultado en la tierra fuliginosa y húmeda, pero tu alma permanecerá entre nosotros, alumbrándonos, hasta el día que nos toque acompañarte en el viaje inevitable.

Aquí estamos tus hijos, tus nietos, tus bisnietos y tus sobrinos a quienes acogiste en la primera juventud como si fueran tus propios hijos. Aquí están tus familiares, tus amigos, tus discípulos, tus compañeros antiguos, tus colegas en la larga y fructífera carrera de maestro, de educador, de periodista y de político limpio e integérrimo, ausente en tu corazón el egoísmo y el interés personalista; pleno tu cerebro con las ideas altruistas en beneficio de tu tierra, a la que amaste hasta el último día. Siempre dando, sin esperar nada a cambio, porque como solías decir: 'la mayor gratificación del ser humano es compartir lo que se tiene'.

Aquí estamos los que te vimos caminar en largas y penosas jornadas, año tras año, remontando la cordillera, como gitano al servicio de la educación, como Quijote de la enseñanza, muchas veces bajo el cendal oscuro de la incomprensión de los gobernantes de turno y de la burocracia lenta y pesada que en varias ocasiones te negó a ti y a tus colegas el sustento diario.

Aquí estamos los que supimos de tu misión de docente y rector de varios colegios del departamento de Nariño, de tu vocación de escritor, periodista y promotor cultural, de líder en los distintos lugares por donde transitaste; desde el Guáitara hasta el Juanambú, desde las tierras cálidas de Occidente hasta los páramos de la ex provincia de Obando. Aquí estamos acompañándote los que oímos de tus luchas por el magisterio en foros regionales y nacionales, levantando la bandera de una gestión prioritaria sin recortes de presupuesto, para permitir que la educación llegara hasta los sitios más recónditos de nuestra geografía, allí, en donde siempre hay un niño listo a despertar su mente hacia nuevos horizontes.

Tu filosofía de vida era muy clara: el verdadero educador entiende que su misión es la de más alta responsabilidad porque exige calidad, entrega y sentido patrio. Por eso fuiste eximio maestro, orgullo del magisterio de Nariño. Docente de la Normal Superior, formado junto a una pléyade de magníficos educadores que forjaron a más de una generación de nariñenses que años después se distinguieron en diversos campos profesionales en Colombia y el exterior.

De esa época, en la que la exigencia profesional era garantía de alumnos de primer nivel, tú fuiste uno de sus promotores importantes. Educador que supiste que el estudio y la capacitación es el trampolín más eficaz en el progreso de los pueblos. Sembrando en todas partes las semillas del saber, el amor a tu departamento, a sus héroes, a su cultura, a sus raíces más entrañables. Siempre con la satisfacción del deber cumplido, con la palabra de optimismo, con el orgullo patrio aleteando debajo de tu pecho como si fuera una paloma a punto de volar hacia nuevos cielos.

Dios te dio longevidad para ver crecer las semillas que sembraste; para cosechar sus frutos; para recibir el cariño y la admiración de todos tus amigos, de todos los que te conocimos y disfrutamos tu compañía y tus consejos. Dios te dio longevidad para llenarte de sabiduría, para enseñarnos a amar y honrar la memoria de los padres, para sentirnos orgullosos de ser hijos de la tierra que nos vio nacer. Dios también te dio sosiego para aplacar, en la serenidad de la vejez, tu espíritu luchador, para perdonar a los que te atropellaron en el camino, para llegar limpio a las puertas de la eternidad en donde presumimos no hay dolor, ni temor, ni ataduras; en donde sólo habita la paz y la tranquilidad luminosa y total.

Por eso, esta tarde, padre mío, estamos despidiendo a tu cuerpo, no a tu alma, esa alma que te mantuvo lúcido aunque tus músculos envejecidos ya no podían sostenerte más. Esa alma y esa inteligencia que te permitió abrir en nosotros, tus hijos y tu familia, la luz de la inquietud intelectual, la pasión por las bellas artes y la cultura, el amor a la patria que desafortunadamente sigue lacerada por los violentos y los fratricidas. Esa inteligencia y ese espíritu poderoso que consolidaste con el ejemplo permanente hasta el final de tu vida, cuando a la edad de 88 años escribiste tu último libro (el ensayo histórico sobre Marco Fidel Suárez), y que diez años antes te hizo escribir el bello poema de despedida a tu amada esposa Maria Amgelina de Revelo, el cual termina así:
¡Bondadoso Señor! Oye mi ruego: En el viaje eterno de la vida, llévame por favor, yo te lo pido, junto a tu madre y a la esposa mía que tanto quiero como tú lo sabes. Hoy ya estás junto a ella. Se cumplió tu petición más amorosa y sentida. Dios te dio en la muerte, el mejor regalo de la vida: Compartir la eternidad con la mujer que llenó tu alma de comprensión, apoyo, lealtad, amor y vital alegría. ¡Descansa en paz junto a ella! Amén.

1 comentario:

Carlos Calvache dijo...

Muy buena nota periodistica (Los felicito). Y excelente oración fúnebre del escritor Juan Revelo Revelo, con ocasión del fallecimiento de su padre, el gran educador Octaviano Revelo que fue maestro de maestros, que enseñó no solo las ciencias sino también el amor a los valores patrios y a la tierra. Yo fui alumno de él en la Normal de Occidente y me consta lo que dice el escritor tan bellamente.
Carlos Calvache.